El miércoles 14 de julio, Cannes se vistió de gala para celebrar la Fiesta Nacional de Francia.
El Jurado Ecuménico y los equipos de SIGNIS e INTERFILM estábamos invitados a un “Aïoli”, como aquí llaman a la comida típica, que el alcalde de Cannes ofrecía a la prensa en El Suquet, una colina desde la que se disfruta de unas vistas maravillosas sobre el puerto, todo el complejo del Palacio del Festival y las bulliciosas calles frente a La Croisette.
A nuestra llegada, un grupo folklórico ataviado con trajes regionales nos recibió con música típica de la zona. En mesas perfectamente dispuestas al aire libre, adornadas con la enseña nacional francesa, se nos ofreció un ágape, en un ambiente muy grato. Sin embargo, no pudimos prolongar la sobremesa porque íbamos a asistir a la entrega del premio «Creer en el cine». Tras el acto, nos esperaba todavía un maratón de cine: tres películas seguidas (casi siete horas de proyección en total), con un breve espacio de tiempo entre una y otra para airear la sala. Pero esos minutos nos permitieron subir a la terraza del Palacio para ver parte del bellísimo espectáculo de fuegos artificiales en La Croisette.
El jueves 15 el Jurado junto a los equipos de SIGNIS e INTERFILM y con la presencia entre nosotros de monseñor André Marleau, obispo de Niza, muy sensible al cine y a nuestra labor, tuvimos una recepción en el Ayuntamiento de Cannes. El señor alcalde, David Lisnard, nos acogió con gran amabilidad. Nos explicó que solo organiza ese encuentro con el Jurado General del Festival y con el Jurado Ecuménico, hacia el que tiene una gran consideración. A su juicio, el ser humano es el único animal sobre la tierra capaz de organizarse con inteligencia, es decir, hacer política, así como de crear cultura y arte, y es también el único abierto a la Trascendencia. Si el Ayuntamiento representa la dimensión política, el Jurado Ecuménico hace referencia a la dimensión cultural-artística y a la religiosa.
Por la tarde, en la parroquia de Notre-Dame de l’Espérance, en lo alto de El Suquet, celebramos un entrañable acto ecuménico, antes de dirigirnos al Palacio del Festival para asistir a la proyección de otros dos filmes.
El viernes por la mañana, la tercera reunión del Jurado, y por la tarde la proyección de las dos últimas películas de las 24 que entran en la competición.
El sábado 17, deliberación final y fallo del premio y, por la tarde, solemne entrega del mismo. Tendremos ocasión de dar noticia y ofrecer documento gráfico del acto.
Mariángeles Almacellas